- Las tecnologías no son neutrales
Un gran malentendido de nuestro
tiempo es la idea de que las tecnologías están completamente libres de
intencionalidad y consecuencias. Eso puede ser porque al ser artefactos
inanimados se cree que no pueden crear cierto tipo de conductas. De hecho, las tecnologías
están cargadas de intenciones sociales y políticas, a veces creadas a posta y
otras veces inconscientemente. Cada herramienta proporciona a su usuario una
manera específica de ver el mundo y de interactuar con otras personas. Es
importante para todos el considerar los prejuicios, tendencias e intenciones
depositadas en las distintas tecnologías y encontrar aquellas que reflejen
nuestros valores y aspiraciones.
- Internet es una revolución, pero no una utopía
La Red es una extraordinaria
herramienta de comunicaciones que porporciona una gran cantidad de nuevas
oportunidades para las personas, comunidades, empresas y el gobierno. Conforme
el ciberespacio crece en número de usuarios, más se asemeja a la sociedad real
con toda su complejidad. Por cada aspecto positivo de la red existen también
dimensiones maliciosas, perversas o más bien ordinarias.
- Los gobiernos juegan un papel importante en el mundo electrónico
Contrariamente a lo que muchos
claman, el ciberespacio no es un lugar con leyes separadas de la vida real.
Mientras que los gobiernos deben respetar las reglas que se han creado en la
red y no asfixiar este mundo con regulaciones ineficaces o censura, es de
tontos decir que lo "público" no tiene autoridad sobre lo que un
ciudadano o una empresa fraudulenta puedan hacer en Internet. Como
representantes del pueblo y guardianes de los valores democráticos, los Estados
tiene el derecho y la responsabilidad de ayudar a integrar el ciberespacio en
la sociedad.
Los estándares tecnológicos y los
asuntos privados, por ejemplo, son demasiado importantes como para ser
delegados al mercado. Las empresas fabricantes de programas de ordenador tienen
muy poco interés en que perduren los estándares y tecnologías abiertas, que son
esenciales para el funcionamiento de una red interactiva. Los mercados
promueven la innovación, pero esta actividad no repercute obligatoriamente en
el interés público.
- La información no es conocimiento
Alrededor nuestro la información se
mueve muy rápido, cada vez es más barata de adquirir y los beneficios son
evidentes. Se dice que la proliferación de tanta información es un reto que
requiere de nuevas formas de disciplina y escepticismo por nuestra parte. No
debemos confundir la emoción de adquirir información o distribuirla con la
tarea, más pesada y ardua, de convertir esa información en conocimiento y
sabiduría. A pesar de lo que ha avanzado la informática, no debemos utilizarla
como un substituto de nuestros niveles de conocimiento, percepción,
razonamiento y juicio.
- Preparar los colegios para la tecnología no es su salvación
Los problemas de los colegios
públicos americanos (presupuestos disparatados, fama social, masificación de
las aulas, infraestructura decadente, falta de normas básicas) no tienen nada
que ver con la tecnología. Consecuentemente, ningún tipo de tecnología llevará
a estos a la revolución educativa profetizada por Bill Clinton y otros. El arte
de enseñar no se puede sustituir por ordenadores, Internet o la educación a
distancia. Estas herramientas pueden, por supuesto, alimentar una experiencia
educacional de alta calidad, pero confiar en ellas como la panacea podría ser
un fallo bastante costoso.
- La información quiere ser protegida
Es cierto que Internet y otros
inventos recientes están cuestionando nuestras leyes de copyright y las
defensas para proteger la propiedad intelectual. La respuesta no pasa por
desechar los actuales estatutos y normas. En vez de eso, debemos actualizar
viejas leyes e interpretaciones para que la información reciba la misma
protección que en los medios de comunicación tradicionales. El objetivo es el
mismo: dar a los autores el suficiente control sobre su trabajo para que tengan
un incentivo para crear y que se mantenga el derecho del público de hacer un
uso justo de esa información. De ninguna forma la información "quiere ser
libre", ha de ser protegida.
- Las ondas transmisoras de información son de dominio público. El público se debería beneficiar de su uso
El espacio aéreo digital para poder
emitir al que tienen acceso las empresas de comunicación pone de manifiesto el
mal uso de los recursos públicos en el campo de la tecnología. La ciudadanía se
debería beneficiar del uso de frecuencias de emisión públicas y debería poseer
una parte del espectro de frecuencias para fines educativos, culturales y de
acceso público. Deberíamos demandar más uso privado de la propiedad pública.
- Comprender la tecnología debería ser una parte importante para la formación del ciudadano global
En un mundo regido por el flujo de
información, las formas que esta adopta y sus códigos que la hacen visible se
están convirtiendo en fuerzas sociales muy poderosas. Comprender estas fuerzas
y sus limitaciones y participar en la creación de nuevas herramientas, debería
ser una parte importante de un ciudadano involucrado. Estas herramientas
afectan nuestras vidas tanto como las leyes y deberíamos someterlas a un
escrutinio democrático.
Reflexión.
Con
los cambios que se producen a diario en las comunicaciones e informática,
continuamente nos preguntamos si este progreso de la tecnología es bueno o
malo; la respuesta es que ambas cosas, ya que nos proporcionan una vida más
cómoda y con mejor calidad de vida, pero por otro lado, nos amenaza la cohesión
de nuestras comunidades.
Mediante
el tecnorrealismo se pretende estimular el pensamiento crítico y desmitificar
la tecnología, viendo en qué puede ayudar o entorpecer a la gente; ya que
muchas personas dependen mucho de estos avances tecnológicos. Podemos utilizar
la tecnología, pero sin sustituir nuestras habilidades y capacidades cognitivas
y sociales que tenemos con nosotros. Por
ello surge un nuevo pensamiento que es el tecnorrealismo para evitar este
problema y manera de ver la tecnología, y se basa en 8 principios, los cuales
nos dicen:
1. Las tecnologías no son neutrales, todas las
herramientas e información vienen acompañadas de intereses, valores, etc.
Muchos pensamos que como el internet por ejemplo, no es una persona, no puede
influirnos en nuestra conducta, cuándo esta nos influye en el modo de ver la
vida, o de interactuar con el medio. Debemos ser conscientes de que tenemos que
tener cuidado con lo que utilizamos, utilizar lo que se complemente con nuestra
vida, valores y manera de pensar la vida y no dejar que nos influya.
2. La tecnología es una revolución, no una utopía. Nos
proporciona bastante información ya que toda la comunidad puede estar implicada
como en la sociedad real, pero hay que tener cuidado ya que muchas cosas pueden
ser cambiadas como por ejemplo, el modo de interpretarlo, falsos perfiles o
falsas teorías e ideas.
3. La información mediante la tecnología se mueve muy
rápido y podemos obtener diversos tipos de información que nos sirva de gran
ayuda, pero no podemos dejar de lado otros aspectos de nuestra vida o
habilidades a la hora de coger la información y quedárnosla, como por ejemplo,
razonamiento, juicio, etc... Ya que la información que nos proponen no tiene
que ser siempre propiamente lo que nosotros pensamos, debemos de razonar
críticamente también sobre lo que se nos da.
4. En la educación actual cada día podemos ver más
tecnología: ordenadores, tablets, pizarras eléctricas, educación a distancia,
etc. No podemos sustituir la enseñanza en su totalidad por la tecnología. Nos
puede servir como experiencia o método de apoyo de trabajo para ciertas
actividades pero no sustituir nuestra enseñanza mediante técnicas de lectura,
orales o escritas, ya que son muy importantes y necesarias para nuestro día a
día y no podemos dejarlas de lado.
5. Internet debe usarse de manera justa la información,
los autores de dicha información deben de tener el control suficiente de ésta.
Decidir si dicha información es de uso público o privado, si puede ser
utilizada, etc.
6. Existe un mal uso de los recursos públicos en el campo
de la tecnología. Los ciudadanos deberían beneficiarse del uso de su propia
información para fines culturales, públicos o educativos.
7. En general, debemos comprender la tecnología para su
buen uso y que se complemente de manera correcta con nuestra vida “real” y
diaria. Conocer sus limitaciones y cómo usarlas de manera que nos ayuden en la
vida y no nos afecten.
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