martes, 21 de abril de 2015


TIC's, ciberacoso, adolescentes y relaciones de noviazgo



El acoso al adolescente más débil ha ocurrido en las aulas desde siempre. La violencia psicológica y los insultos contra los homosexuales, las mujeres, los discapacitados o, simplemente, contra aquellos a los que se percibe como raros, no son novedad en los centros educativos. Lo que sí que es nuevo es Internet y su reciente omnipresencia. En una década, el acoso se ha convertido en ciberacoso. Nacido hace una década, parasitando el reciente auge de Internet como medio de comunicación, el ciberacoso es ya un fenómeno internacional; mediante el cual los adolescentes escribían sus insultos y escribían nombres y números de teléfono para fastidiar a amigos y enemigos. El fenómeno del maltrato entre iguales, también conocido como «bullying», ha tenido una importante repercusión social y comienza a extenderse más allá del ámbito presencial a través de las tecnologías de la información y la comunicación, siendo denominado «cyberbullying» o ciberacoso (Avilés, Irurtia, GarcíaLopez & Caballo, 2011; Ortega, Calmaestra & MoraMerchán, 2008). El ciberacoso es un fenómeno de gran relevancia y con importantes riesgos para la salud de las víctimas (Ortega & al., 2008). Es peligroso, tanto a nivel físico como mental, ya que a diferencia del acoso que se hace en la vida real, la persecución puede continuar en casa o donde sea, a través de las tecnologías como ordenadores o móviles, así como el anonimato que facilita la Red, creando perfiles falsos, sin que la víctima de esos ataques sepa de dónde provienen en realidad, desorientándola y causándole aún más traumas y daños. Un caso muy habitual que vemos más es el acoso entre compañeros de colegios, a lo mejor una persona tiene sobrepeso o cualquier otro problema, y se les acosa mediante burlas colgando fotos en internet, enviándolas de un móvil a otro, etc.  Muchas veces los niños hacen cosas online que jamás harían en la vida real, y es un grave error creer que las cosas que se hacen mediante Internet no son tan dañinas como las que se hacen en el cara a cara.
Internet y las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) están teniendo una gran presencia en la vida de las personas. . Los jóvenes, son fuertes usuarios de las nuevas tecnologías, especialmente de Internet y de la telefonía móvil. A pesar de los numerosos beneficios de las TIC su rápido y constante crecimiento también ha traído consigo perjuicios, especialmente para los jóvenes y menores, derivados de las nuevas formas de violencia que surgen de la utilización de estas tecnologías, como es el caso del «sexting» (difusión de imágenes de contenido sexual o erótico), el «grooming» (acoso sexual a menores) o el ciberacoso, entre otras.  Nos centramos en analizar un problema que podemos ver cada día más presente, en nuestros/as amigo/as, incluso en nosotros mismos: el ciberacoso, a través del teléfono móvil y de Internet, en el que se ven implicados los jóvenes en sus relaciones de noviazgo.
El ciberacoso es uno de los efectos negativos asociado al mal uso de las TIC que más fuerza está tomando en nuestra sociedad. Se puede definir como una forma de intimidación, acoso y malos tratos por parte de un individuo o grupo hacia otro, implicando el uso de medios tecnológicos como canal de agresión (Ortega & al., 2008; Smith & al., 2008). Entre las conductas que puede realizar la persona agresora se encuentran el envío y difusión de mensajes ofensivos o vulgares, el envío de mensajes amenazantes, la difusión de rumores sobre la víctima, la violación de intimidad, la exclusión social, o la suplantación de la identidad. Las TIC constituyen un elemento importante de las relaciones entre los jóvenes en general, y de las relaciones íntimas en particular, haciéndolos más susceptibles de ser controlados y agredidos por sus parejas. Otro aspecto a tener presente en el estudio del ciberacoso son las diferencias de género ya que los resultados al respecto no son concluyentes. Así, mientras que algunos trabajos no encuentran un nexo estadístico entre ciberacoso y género apuntan a que los chicos (en comparación con las chicas) suelen ser los que cometen más actos de ciberacoso, y las chicas (en comparación con los chicos) suelen ser las víctimas mayoritarias de este tipo de violencia. Existe una  forma diferente de reaccionar entre chicos y chicas a las conductas de ciberacoso que tienen lugar en las relaciones de noviazgo, por ejemplo, analizar si ante una situación de acoso tecnológico en el noviazgo, los chicos tenderían a reaccionar en mayor medida que las chicas implicándose en conductas de ciberacoso, mientras que las chicas tenderían en mayor medida a ignorar o a no responder con este tipo de conductas, o si por el contrario lo que puede estar reflejando este dato es un modo distinto de percibir las conductas de ciberacoso por parte de chicos y chicas.
En general, a medida que va evolucionando la tecnología, las personas se están haciendo más dependientes de ellas para todo; se pueden utilizar, pero de la manera correcta, evitando este tipo de problemas, ya que el comportamiento es dañino, pero el medio también puede intensificarlo. Las formas más efectivas de combatir el ciberacoso son la información sobre el uso de las mismas y la educación por parte de los padres para, como imponer normas adecuadas para la interacción mediante tecnología, darles pequeños espacios de tiempo, y sobre todo, educarles en valores y respeto, ya que las personas están por encima de eso, y pueden aprovechar la tecnología para muchísimas cosas que les serán positivas para sus vidas.